miércoles, 29 de abril de 2015

 Violinistas más reconocidos 

Arcangelo Corelli: es uno de los personajes más importantes en la historia de la música. Fue discípulo de Bassani (creador del arco de “cremallera”) y fundó en Roma la primera escuela de violín, de la que salieron alumnos como Geminiani, Locattelli, Somis,… Corelli vivió en una época de plena expansión del violín y en un país donde el arte de la luthería había alcanzado la perfección. En Italia, el violín reinaba con poderío, a la altura de la voz humana con la que rivalizaba a menudo.


Investiga sobre problemas técnicos y fisiológicos del instrumento, fijando además la forma de la “sonata” antigua (lento-vivo-lento-vivo) y del “concerto grosso”. Gracias a Corelli, diversos constructores crearon un arco más perfeccionado, apto para ser utilizado en la nueva literatura violinística que se estaba escribiendo. Además, aconsejó a otros compositores sobre la conveniencia de que el registro del violín no sobrepasara los límites de la voz de una soprano ligera.  
 

Antonio Vivaldi: La influencia de Vivaldi en su generación y en la que le siguió inmediatamente es innegable. Realizó una intensa actividad como director, violinista y compuso 207 conciertos para violín, 26 de ellos para dos violines, 5 para más de dos violines y 3 para violín, dos orquestas y continuo. Además fijó la definitiva forma tripartita del concierto para solista, destacando e independizando la línea del solista de la orquesta.


Leopold Mozart: vivió entre 1719 y 1787 y publicó un trabajo en 1756 que llevó el título de “Tratado de los principios fundamentales de la técnica del violín”. Aunque Leopold Mozart era austriaco, este método es representativo de la antigua escuela alemana de violín. En este trabajo nos ilustra sobre la forma de interpretar del siglo XVIII, golpes de arco, ornamentación,… siendo especialmente interesantes las explicaciones sobre el modo de sujetar el violín. La clavícula no es ya apoyo suficiente, especialmente durante los cambios de posición, por lo cual, es necesario utilizar el mentón sobre la tapa del violín en el lado derecho del cordal, su colocación primitiva.


Niccolo Paganini: sigue siendo el mayor virtuoso que ha conocido la historia del violín, considerado como la encarnación del artista romántico, con una imagen misteriosa, casi demoníaca, y una técnica deslumbrante. Célebre en toda Europa, fascinó a sus contemporáneos gracias a una técnica tal que la leyenda le atribuyó un poder sobrenatural. En los conciertos interpretaba sus propias obras, plagadas de extremada dificultad, realizando un autentico espectáculo circense en cada aparición, sonidos “diabólicos” que dejaban hechizado al público asistente.

Autodidacta, este gran virtuoso estuvo muy influenciado por la ópera que estaba en pleno auge. Contemporáneos suyos fueron Rossini, Bellini, Donizetti,… en cuyas obras imperaban las agilidades y virtuosismos para la voz así como largas frases y melodías de lirísmo muy del gusto popular. Pagannini dio ese mismo trato al violín, está por encima de todo, es el “divo”.
 


David Oistrakh: Violinista ruso unánimemente aclamado por su virtuosismo, por su excelente técnica y su potente sonoridad.Su primer concierto con orquesta fue el que tuvo lugar en 1923, con el concierto en La menor de J. S. Bach. En 1925 tocó con la orquesta de la Academia de Odessa. Trabajó desde 1934 como profesor en el Conservatorio de Moscú, y tuvo como discípulo, entre otros, a su hijo, el violinista Igor Oistrakh.

Reconocida su genialidad con el Premio Elizabeth de interpretación en 1937, durante la década de los 50 triunfó en sus giras por todo el mundo, acompañado a veces por su hijo, con un amplísimo repertorio clásico y contemporáneo. Algunos grandes compositores, como Prokófiev, llegaron incluso a componer para él.

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